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Discurso del presidente Danilo Medina ante la pandemia del Coronavirus COVID-19

 Pueblo dominicano,

No puedo comenzar estas palabras sin hacer llegar mi más sincero pésame a todas aquellas
personas que están sufriendo por la pérdida de un familiar o un ser querido, como consecuencia de la pandemia.

Nuestros pensamientos están junto a ellos y, por supuesto, junto a todos esos dominicanos y dominicanas que, aquí en nuestro país y fuera de nuestras fronteras, están luchando en estos momentos con la enfermedad.

Muchos de ellos quizás nos estén escuchando desde su aislamiento y quisiera, de todo corazón, hacer que se sintieran arropados por la fe y la solidaridad de todos nosotros, sus compatriotas, que confiamos en su pronta sanación y los acompañamos con nuestras oraciones.

Familia dominicana,

Es difícil aceptar cómo ha cambiado nuestra realidad en tan poco tiempo.

Más de 2 millones 200 mil personas se han contagiado en todo el mundo y más de 148,654 han fallecido en los últimos meses a causa del COVID-19.

Este enemigo invisible ha logrado detener vuelos, empresas, comercios y ciudades enteras. Ha cambiado la forma en que vivimos, trabajamos, compramos. Ha sido capaz de frenar hasta los abrazos.

Realmente, nunca habíamos vivido nada igual.

Y, sin embargo, incluso frente a esta difícil amenaza, la humanidad está saliendo adelante, está luchando sin descanso por la vida y está encontrando nuevas formas de demostrar el amor.

Por nuestra parte, los dominicanos, supimos reaccionar rápidamente, unidos y con responsabilidad, para reorientar las prioridades de nuestras instituciones, de nuestras empresas, y también de nuestra vida personal y familiar.

Vivimos en este momento una movilización total de nuestros recursos nacionales para derrotar esta amenaza.

Tenemos a nuestros trabajadores de la salud en primera línea de esta batalla, haciendo lo que saben hacer, salvar vidas y preservar la salud de todos nosotros.

Tenemos a nuestras Policía Nacional y Fuerzas Armadas desplegadas, haciendo un gran trabajo dando seguimiento a las personas contagiadas y llevando seguridad a todas las calles del país

Tenemos a nuestros sectores productivos centrados en producir todos los bienes esenciales que se necesitan, en grandes cantidades y en distribuirlos de forma segura a la población.

Tenemos nuestras universidades y a nuestros emprendedores buscando formas innovadoras de fabricar material sanitario a la medida de nuestras necesidades.

Tenemos más de 3,000 voluntarios que han acudido a nuestro llamado de ayuda. Médicos, enfermeros, terapeutas, bioanalistas y muchos otros más, que están haciendo un favor impagable a nuestra patria.

Tenemos al Estado dominicano plenamente coordinado, trabajando sin descanso para dar respuesta en todos los ámbitos, adaptándonos a una realidad cambiante y con una inquebrantable voluntad de servicio.

Tenemos, en definitiva, muchas razones para sentirnos orgullosos de la respuesta de nuestra gente, de la solidaridad de este pueblo, de la unidad que estamos mostrando ante la adversidad y de la capacidad de entrega y sacrificio de aquellos que hoy están al servicio de la protección y el bienestar de todos.

Señoras y señores

Afortunadamente, incluso antes de que el coronavirus llegara a nuestro territorio, empezamos a prepararnos para combatir esta pandemia.

Tomamos medidas a tiempo, que han demostrado ser cruciales.

Acondicionamos alrededor de una veintena de hospitales en todo el territorio nacional, tenemos ya 3,186 camas de internamiento y 124 de UCI con las que antes no contábamos.

Además, se han dispuesto 5,321 camas en centros de aislamiento para personas sospechosas de estar contagiadas.

Garantizamos a toda la población la cobertura médica de esta enfermedad, a través del SNS y sin copagos.

En paralelo, nuestra capacidad de hacer pruebas PCR y pruebas rápidas se ha ido ampliando día tras día, con cada vez más laboratorios ofreciendo el examen de manera gratuita.

Ya se han realizado más de 40,000 en todo el país y estamos aumentando el ritmo. Actualmente se realizan en promedio 1,000 pruebas PCR diarias y a partir de la próxima semana las llevaríamos a 2,000 diarias.

A la vez, tenemos disponible para todos los afectados y de forma gratuita el fármaco Hidroxicloroquina combinado con Azitromicina, que está dando resultados esperanzadores en muchos países del mundo, especialmente de Europa y los Estados Unidos.

Por otra parte, aún en medio de la inevitable guerra comercial que se está viviendo en el mundo para adquirir insumos médicos, el gobierno dominicano está proveyendo los productos de protección que necesita nuestro personal de salud, al menor precio posible.

Y dispondremos de suministro permanente, porque ya están en marcha los procesos de compra necesarios para garantizar que así sea.

En concreto, ya se han recibido 1,250,000 mascarillas y en los próximos días se esperan 3 millones más que están en proceso de entrega. Este fin de semana llegan 100,000 trajes de protección personal y antes del miércoles llegaremos a 200,000. Asimismo, hoy se está haciendo la adjudicación de 50,000 pruebas PCR y 100,000 pruebas rápidas adicionales.

Dominicanos y dominicanas,

En paralelo con todas las medidas destinadas a proteger la salud de la población, desde el primer momento tuvimos en cuenta que esta situación tendría duros efectos sobre la economía de las familias.

Por eso, dispusimos que la ayuda del Gobierno estuviera presente en cada hogar del país, como debe estarlo un padre cuando sus hijos lo necesitan.

Y comenzamos por lo más esencial, la alimentación de los dominicanos y dominicanas.

Ya se están repartiendo semanalmente más de 1 millón 979 mil raciones entre alimentos crudos y cocidos y la meta de la Comisión de Asuntos Sociales es distribuir 2,100,000 raciones por semana, en todo el territorio nacional.

Raciones que están llegando de forma segura, garantizando la inocuidad, evitando cualquier riesgo de contagio y, en muchos casos, directamente en los hogares de las familias.

En este esfuerzo para cubrir las necesidades de la población está volcado el personal del Plan Social de la Presidencia, el INABIE, los Comedores Económicos, INESPRE, DIGEPEP, INAIPI, CONANI y CONAPE. 
Cubriendo las necesidades de los estudiantes, de los niños más pequeños, de los ancianos y de todos aquellos que en este momento necesitan una mano amiga.

Junto a esta iniciativa, y también para garantizar los ingresos de las familias más vulnerables del país, establecimos el programa Quédate en Casa, con el compromiso de transferir entre 5 mil y 7 mil pesos al mes a un millón y medio de hogares debidamente identificados por su bajo nivel de ingresos.

Quiero agradecer esta labor especialmente a la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández y a su equipo, responsable de la gestión del Sistema Unificado de Beneficiarios.

La eficiencia y transparencia con que han puesto en marcha este plan, ha hecho posible que ya haya desembolsado la primera quincena a los beneficiarios, por un monto de 4,100 millones de pesos, que están llevando alivio a todos los municipios y distritos municipales del país.

Además, en el día de hoy 900,000 hogares recibirán el pago de su segunda quincena y el lunes se completarán los 600,000 restantes.

Esto me permite afirmar que 8 de cada 10 hogares del país en pobreza y/o vulnerabilidad, ya están cubiertos por esta iniciativa.

Además, contamos con un mapa detallado de cobertura de los programas, para tratar de no dejar fuera a nadie que necesite ayuda. Se ha trabajado con un gran nivel de detalle, de manera que se tiene registrado barrio por barrio, donde debe llegar la ayuda. Eso ha permitido que podamos reaccionar rápidamente si se detecta algún área donde la cobertura avanza a menor ritmo.

Porque el único criterio para hacer llegar la ayuda es la necesidad. Aquí no caben ni se van a tolerar tintes políticos, discrecionalidades ni favoritismos. Las iglesias y organizaciones de la sociedad civil que nos acompañan en la distribución pueden dar fe de todo ello.

Estamos atendiendo a las familias con el objetivo de garantizar, como les he dicho tantas veces, que nadie se quede atrás, que nadie se sienta en el desamparo.

Asimismo, pueden estar seguros que, ni siquiera en estos momentos de emergencia, hemos admitido ni vamos a admitir atajos que pasen por alto los principios de competencia, publicidad y transparencia claramente establecidos en nuestra legislación para las compras públicas.

Hoy es más importante que nunca que cada peso se gaste de forma eficiente y transparente. Por eso, como ya ha quedado demostrado, si en cualquier área de la administración se produce una mala práctica, habrá consecuencias rápidas y estrictas, de acuerdo a la ley.

Señoras y señores,

De la misma forma que hemos puesto todo nuestro esfuerzo en llegar a los que menos tienen, estamos apoyando también a los trabajadores y a sus empleadores, para garantizar que nuestra economía pueda seguir sosteniendo a cientos de miles de familias cuyos jefes de hogar no pueden acudir a trabajar o han visto fuertemente reducida su actividad y sus ingresos.

Iniciamos el programa FASE, que desde el pasado 8 de abril está cubriendo parte del salario de los empleados del sector privado y ya ha realizado su primer desembolso a más de 707,000 empleados. 605,766 que están suspendidos y 101,959 del sector manufacturero que siguen operando con reducción de jornada.

Este programa en sus fases I y II está apoyando a 52,666 empresas en todo el país para que los empleos no se pierdan.

De esta forma, hemos hecho posible que cientos de miles de familias pudieran quedarse en casa, en condiciones de dignidad.

Además, desde que se declaró el Estado de Emergencia Nacional, la Junta Monetaria entró en sesión permanente y cada día va tomando medidas para que nuestro país pueda abordar de la mejor manera posible la crisis económica que el mundo en su totalidad está sufriendo a causa del coronavirus.

Hemos prorrogado y ampliado plazos para el pago de impuestos, hemos otorgado más crédito a las empresas, hemos reducido las tasas de interés y congelado el pago de préstamos, entre muchas otras medidas.

Y vamos a seguir apoyando a nuestros sectores productivos, especialmente a aquellos que tienen en sus manos garantizar la seguridad alimentaria de la población: a nuestros productores agropecuarios.

Pueblo dominicano,

Ha sido un mes difícil para todos, muy difícil, como nunca antes lo habíamos vivido.

Pero, como les decía al principio, también ha sido un mes que nos deja lecciones positivas que no podemos olvidar.

Una vez más, hemos derrotado el pesimismo que argumentaba que el dominicano, por su propia idiosincrasia, no es dado a actuar con diligencia y disciplina.

Cuando ha llegado la hora de la verdad, los dominicanos hemos realizado los sacrificios económicos y sociales que han sido necesarios para proteger a los más vulnerables de entre nosotros.

De hecho, según muestra el estudio de movilidad de Google, estamos entre los países que mejor ha cumplido con las medidas de aislamiento social del mundo.

Millones de dominicanos y dominicanas han actuado con rapidez, con responsabilidad,  con solidaridad y, ante todo, con conciencia.

Y el resultado de esas actuaciones se está comenzando a ver.

Hoy sabemos que estas cuatro semanas de aislamiento y de sacrificio colectivo están dando sus primeros frutos. Por eso quiero que estas palabras de hoy sean también palabras de agradecimiento.

Agradecimiento a todas aquellas organizaciones y países amigos que nos han hecho llegar sus aportes al Estado Dominicano: A la OMS y la OPS, al gobierno de China, al gobierno de India, al Banco Centroamericano de Inversiones, al Banco Mundial, al CONEP y a una cantidad de empresarios individuales que han hecho también aportes significativos.

Agradecemos también a los partidos políticos que se han desprendido de sus escasos recursos para apoyar la lucha contra la pandemia.

Agradecemos, una vez más a todos aquellos que día a día ponen en riesgo su vida para sanar a los enfermos, para llevar seguridad a las calles, para proveer de alimentos y servicios esenciales al país. Todo lo que diga es poco para poner en valor la entrega que están demostrando.

Y, por supuesto, agradecemos también, y por encima de todo, al pueblo dominicano.

Porque, poco a poco, con la ayuda de todos, estamos logrando nuestro gran objetivo.

Y me encantaría poder decirles que nuestro objetivo es que no haya ni un solo enfermo más, pero debemos ser responsables y no voy a prometer cosas imposibles.

Nuestro objetivo, al igual que el de todos los países del mundo en este momento, es ralentizar el avance del virus, para poder dar una respuesta adecuada a los afectados y minimizar los riesgos.

Para que entendamos mejor la importancia de este dato, les diré que países como España presentaban números mucho más dramáticos que los de nuestra nación cuando se encontraban en la fase de la enfermedad en la que nosotros estamos ahora.

En concreto, durante la fase del virus que atraviesa la República Dominicana en estos momentos, por ejemplo España, Italia y Francia, duplicaban el número de contagiados cada cinco días, mientras que Estados Unidos tardaba menos de tres días. República Dominicana tardó en duplicar la cifra de afectados 8.6 días.

Con eso hemos logrado que no se produzca una avalancha sobre nuestros hospitales que pudiera desbordar su capacidad.

De esta forma, los pacientes que han debido ser ingresados han podido recibir la atención que necesitaban.

Dicho de forma muy clara, el descomunal esfuerzo colectivo que estamos haciendo todos y cada uno de los dominicanos está sirviendo para salvar vidas.

Tomemos por un momento una perspectiva más amplia, como siempre conviene hacer en la lucha contra una pandemia global.

Hoy hay más de una decena de países en nuestro continente que, lamentablemente, presentan una tasa de muertes en relación con el número de contagios mayor que la nuestra.

Veamos un ejemplo comparable en número de personas a nuestro país y donde la pandemia inició el mismo día que nosotros: la ciudad de Nueva York.

La Ciudad de Nueva York tiene ahora 123,146 casos y, lamentablemente, 11,477 fallecidos.

Es decir, 1,466 casos por cada 100,000 habitantes y 136 muertos por cada 100,000 habitantes.

Nuestro país, en este momento, tiene 4,126 casos y 200 fallecidos.

Es decir, 36 casos por cada 100,000 habitantes y 1,8 muertos por cada 100,000 habitantes.

Esa gran diferencia es lo que hemos logrado gracias a la ayuda de todos ustedes.

Y pueden creerme si les digo que realizar esta comparación es especialmente difícil para nosotros en este momento, porque esas cifras de Estados Unidos son terriblemente dolorosas para los dominicanos también.

Esta semana sostuve una conversación con el alcalde de Nueva York y me confirmó que el 34% de los fallecidos allí son latinos. Me comentó además, que de la colonia de latinos residentes en la ciudad de Nueva York, los dominicanos son la mayoría, pero también me informó que la colonia de los dominicanos son los que viven en una situación de mayor vulnerabilidad.

Al día de hoy han muerto 11,477 personas en la ciudad de Nueva York, de los cuales el 34% son latinos, lo que equivale a decir que han muerto por lo menos 3,902 personas de origen latino y si los dominicanos somos la mayoría de ese porcentaje, eso nos hace pensar que varios cientos de dominicanos han perdido la vida en la ciudad Nueva York.

Lo que está ocurriendo allí es devastador. No tengo palabras para expresar mis condolencias con todas esas familias.

Nuestro mayor deseo para todos y cada uno de los países afectados por esta plaga es que la situación evolucione favorablemente y que sus ciudadanos sanen lo antes posible.

Aquí no caben competiciones. Todas las naciones de la Tierra estamos enfrentando al mismo enemigo. Este virus no entiende de fronteras y mientras haya un núcleo activo en alguna parte del mundo todos tendremos que estar alerta.

Tampoco hay espacio para politizar ni para tratar de sacar ventajas electorales de la situación. El lugar protagonista en este momento le corresponde a los expertos, a quienes tienen en sus manos salvar vidas.

Por eso, nuestra obligación es seguir actuando con la máxima responsabilidad, con efectividad y sumando nuevas medidas diariamente de acuerdo a la evolución de la pandemia. Y eso estamos haciendo.

Actualmente contamos con operativos de respuesta específica en todas las áreas especialmente afectadas: Santo Domingo y el Distrito Nacional, provincia Duarte, La Vega y Santiago, entre otras para garantizar que cuenten con la capacidad necesaria.

Asimismo, se ha establecido un operativo bien estructurado de 100 brigadas, encabezadas por la dirección sanitaria de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en coordinación con el Ministerio de Salud Pública, distribuidas en todo el país, que visitan en sus hogares a todos los casos positivos que identifican los laboratorios.

En esa visita comprueban el estado de salud de cada persona, si necesita o no ser hospitalizada y, en caso de no necesitarlo, si tiene condiciones para el aislamiento en el hogar o debe ser trasladado a uno de los espacios establecidos por el gobierno con ese fin.

Asimismo, esas brigadas facilitan medicación a los enfermos y le dan seguimiento al tratamiento, al estado de salud de cada afectado y a la cadena de personas con los que los contagiados tuvieron contacto, a quienes les efectúan las pruebas correspondientes.

En paralelo con estos operativos y brigadas, que nos permiten identificar cualquier foco de contagio y darle respuesta efectiva, contamos también con una plataforma de seguimiento epidemiológico que, mediante un sistema de inteligencia artificial, nos permite no solamente saber al detalle lo que está ocurriendo, sino hacer diferentes proyecciones sobre la evolución de la pandemia. De esta forma, contamos con la información necesaria para orientar las acciones, saber si es necesario reforzar las medidas y calcular también cuando podríamos estar listos para comenzar a desmontar algunas de las restricciones.

A la luz de los datos que tenemos hoy, lo cierto es que, si bien estamos acercándonos a la meseta del contagio, no estamos todavía en situación de poder bajar la guardia.

Reducir las restricciones en este momento podría llevarnos a un nuevo pico de contagios que no podríamos controlar. Por eso, quiero anunciar hoy que el toque de queda se ampliará hasta el 30 de abril.

Seguirá aplicándose de 5 de la tarde a 6 de la mañana, pero se ampliará la vigilancia en las calles y se endurecerá el control policial y militar para todo aquel que no esté haciendo desplazamientos estrictamente necesarios en horario de 6 de la mañana a 5 de la tarde.

Asimismo, se declarará de obligatoriedad que las personas se cubran la cara en espacios públicos. Si no cuentan con mascarillas, con aquello que tengan a su alcance. Pero deben protegerse, por ellos y por los demás.

Créanme, es mucho lo que podemos perder si en este momento dejamos de acatar las normas de distanciamiento físico y aislamiento que con tanta ejemplaridad hemos mantenido hasta ahora.

Aún no es tiempo de retornar a la normalidad. Es tiempo de cuidarse y de cuidar a los que más queremos, especialmente a las personas mayores. Recordemos que el promedio de edad de los fallecidos en la República Dominicana como consecuencia de la pandemia es de 62 años.

Pensemos en ellos y en todas aquellas personas con condiciones de salud delicadas. Aseguremos su salud y tranquilidad.

Dominicanos y dominicanas,

Juntos, estamos atravesando los momentos más críticos del contagio antes que el resto del continente y hemos logrado hacerlo de forma contenida. De la misma forma, gracias a las decisiones tomadas y a la firme cooperación de este pueblo, estoy seguro que saldremos adelante antes que otros países de la región.

Por eso, desde el Gobierno, además de seguir ayudando a la población a sobrellevar este difícil presente, estamos ya trabajando también en la planificación del futuro próximo, que debe encontrarnos listos para retomar la senda de crecimiento tan pronto como sea posible.

Y, en este aspecto, aún ante las actuales dificultades, tenemos motivos para mantener el ánimo positivo, pues los últimos informes económicos de diferentes organismos internacionales, entre ellos el Banco Mundial, nos dicen que nuestro país será el único que no caerá en recesión en el continente, gracias a la resiliencia y diversidad de nuestros sectores productivos y económicos.

Cuando el momento llegue, y confiamos en que sea pronto, tendremos listo un paquete completo de medidas de estímulo económico, dirigido especialmente a nuestras micro, pequeñas y medianas empresas, que sabemos están llevando una parte muy pesada de la crisis en este momento.

A todos aquellos profesionales que están preocupados, desde las peluqueras hasta los electricistas y los pequeños comercios les digo: Vamos a estar ahí para ustedes, vamos a ayudarlos a volver a la normalidad y sacar adelante a sus familias.

Y a todos los actores económicos, también les garantizo, vamos a acompañarlos en ese esperado momento de la reapertura y saldremos fortalecidos de esta prueba, estoy seguro de que así será.

Pueblo dominicano,

Como les dije al principio, es un gran orgullo ser su presidente y es también un trago amargo tener que dirigirme nuevamente a ustedes para exigirles nuevos sacrificios, sin embargo, no hacerlo sería una grave irresponsabilidad.

Les pido, una vez más, que nos ayuden a salvar vidas, que nos ayuden a mantener espacio en los hospitales para que nunca nos veamos ante la difícil decisión de a quien ofrecer un respirador y a quien no. Les pido, en definitiva, que sigamos poniendo la vida en primer lugar, el bien de todos en primer lugar, la salud de los más débiles en primer lugar, la solidaridad con nuestros compatriotas en primer lugar.

Armémonos de paciencia, de disciplina y, sobre todo, de amor al otro.

En estos tiempos donde no caben los abrazos, la nueva forma de demostrar el amor es quedarse en casa, es respetar las normas, es protegerse el rostro y lavarse las manos, es mantener la distancia. Cada una de esas acciones y gestos, en estos días, es una muestra de amor.

Quédense en casa. Quedémonos hasta que las estadísticas nos permitan establecer que es seguro comenzar a abrir, poco a poco, las puertas a la actividad normal.

Quedémonos sabiendo que este esfuerzo que ahora hacemos parecerá pequeño cuando, dentro de un año, podamos mirar atrás y decir que logramos salir con bien de este difícil momento.

Cuando eso ocurra, yo ya no seré su presidente, pero jamás dejaré de estarles agradecido por su entrega y sacrificio en esos momentos en que su Patria más los necesitaba.

Jamás dejaré de sentirme orgulloso de este pueblo, que no se deja vencer por ninguna dificultad, que lucha siempre con todas las fuerzas a su alcance y que sabe ponerle una sonrisa a la adversidad, por difícil que eso parezca.

Con la ayuda de Dios Todopoderoso y con la voluntad férrea de todos ustedes, esta prueba pasará, como han pasado tantas otras, para gloria de nuestra historia y nuestra nación y, en esta ocasión, todos y cada uno de ustedes, serán los protagonistas y los héroes.

Que Dios los bendiga.

Buenas noches.

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